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lunes, 19 de noviembre de 2012

DE AMORES Y POESIA




Hay en mí partes inconexas y cada una de esas desconexiones me traen problemas. Una de ellas es el evidente autocontrol de mi lengua, que hace que mi cerebro no logre dominarla, y devele todos sus secretos. La otra es entre mis sentimientos y mi poesía, que a estas alturas, ya no sé cuál de los dos caminos seguir, si el de los primeros, el de la realidad y la ternura de sentir amor por un hombre cercano, real, de carne y hueso, como mi “hombre de canela”; o el que me indica la segunda, el de la ilusión y la fantasía del amor soñado por alguien que, si bien es un ser maravilloso, con muchas virtudes y obviamente algunos defectos, que tampoco estoy ciega, es lejano e inalcanzable.
 Mi lógica me indica que los sueños, si bien son necesarios para alimentar el alma y te sirven como referencia para guiarte en el camino de la vida, casi nunca se realizan, y por lo tanto, te hacen feliz mientras sueñas, pero luego te estrellas contra la cruel realidad, en este caso la de tu propia soledad. 
Eso me está ocurriendo, luego de un período en el que he dejado mi corazón en manos de mi poesía, y ésta se ha divertido a mi costa. No todo es negativo, no puedo negarlo, pues mis ilusiones estos últimos tiempos han hecho maravillas, me han llevado por lugares fabulosos, me han proporcionado mágicos sueños de las mil y una noches, me han hecho escribir hermosas poesías, que puedo decir que son hermosas porque no las he construido, han surgido solas y lo único que he hecho yo es expresarlas por la escritura, y han puesto un toque de locura en mi vida chata y triste de mujer sola. 
Esta etapa me dejó algo muy bueno, un buen amigo. Un ser maravilloso que supo comprender mi locura, que me brindó su comprensión, su cariño y su ternura, además de muchas enseñanzas, pues como todos los seres grandes de verdad, es muy generoso. 
Pero llegó el momento de despertar, y espero que no sea demasiado tarde para recuperar ese amor real, que siempre permaneció ahí, en un rinconcito de mi corazón. El es mi verdad, él es mi realidad y mi más grande sueño.



jueves, 15 de noviembre de 2012

POR QUÉ?



Día tras día durante los últimos cinco años de mi vida, me he preguntado por qué? Hace cinco años, un tres de setiembre de dos mil siete, me desperté en medio de la noche con un terrible dolor que me traspasaba el cuerpo del vientre a la espalda, acompañado de vómitos violentos. Mi dormitorio era en el piso de arriba, y se accedía a él por una escalera muy mal construída, con escalones disparejos, lo que hacía muy complicada la subida. En vano mi madre me frotaba con los mas diversos ungüentos calmantes, alcohol, enfin, que la pobrecita trataba por todos los medios de aliviarme aquel dolor, que era semejante a los de tres partos juntos, muy pero muy grande.
Yo creí que había llegado mi hora de morir, y probablemente tuviera razón. No podía soportar aquel dolor, que no me aliviaba ni estando parada, ni sentada, ni menos acostada, era terrible. Pensé que era un infarto, que el corazón estaba por explotarme, y estaba presa en aquel cuarto, puesto que si era difícil descender la escalera sana, menos en aquellas condiciones.
Yo nunca fui muy religiosa, hasta los dieciocho atea, y luego se me despertó de pronto la certeza de que existía un dios, pero me quedé en eso, en la creencia de que sí existía, sin profundizar más. Sin embargo, en ese momento en que llegué a desear la muerte para aliviar mi desesperación, recordé que un día había visto por casualidad un programa del argentino Víctor Sueiro, popularmente el Gallego Sueiro, donde contaba sus experiencias místicas, separación del alma del cuerpo y retorno al mismo en varias oportunidades. En mi sufrimiento, recordé un pasaje del programa donde él aconsejaba que ante un dolor muy grande que estuviéramos sufriendo, o alguno de nuestros seres queridos, le pidiéramos a la virgen María que nos cubriera con su manto, y eso hice. Fue inmediato, la virgen me hizo el milagro. Sentí una frescura especial que bajaba desde mi cabeza hasta mis pies, y el dolor desapareció. Tan así fue, que bajé aquella escalera feliz de estar aliviada, me lavé, me cambié de ropa, llamé un taxi, y marchamos al hospital.
Tuve la suerte, que el médico de la guardia era el mejor, no sé si esa especialidad tiene algún nombre específico, pero ese doctor no falla un diagnóstico. Apenas me palpó dijo que era pancreatitis. Me hicieron los análisis correspondientes, y resulta que el nivel de mis enzimas se había multiplicado varios cientos de veces, por lo que estaba más cerca del cementerio que del hospital, se los dijeron claramente a mi familia.
Me hicieron una tomografía computada y vieron que tenía la vesícula biliar llena de cálculos, a punto de explotar, por lo que uno de ellos se salió y cerró la salida del páncreas, así que los jugos se concentraron en el páncreas y comenzaron a fagocitarlo. Me tuvieron sedada hasta las seis de la tarde en que salieron conmigo en una ambulancia rumbo a Montevideo, al sanatorio de Casa de Galicia. Me metieron por la boca un tubo con una camarita, para ver en qué estado me encontraba, pero, vaya sorpresa, el cálculo ya no estaba. Creen en los milagros? Yo sí.
Mi diagnóstico era aún reservado, mis hijas asustadas oían una y otra vez al médico que no les daba esperanzas sobre mi vida, y que les anunciaban que, aunque lograra pasar la operación que deberían hacerme para sacarme la cantera de piedras que tenía por vesícula, debería luego permanecer por lo menos un mes y medio en cuidados intensivos (CTI).
Enfin, que me pusieron en una especie de coma farmacológico durante doce días, tratando de bajar el nivel de mis enzimas para luego operarme. El nivel bajó rápidamente, por eso a los doce días comenzaron a darme gelatinas, caldos, y líquidos, pues en esos doce días yo había perdido veintiun kilos y me había, lógicamente, debilitado.En todo ese tiempo, y a pesar de los pronósticos, yo nunca me sentí morir, jamás. Llegaba el médico a verme y me preguntaba cómo te sientes y siempre con una sonrisa, le contestaba que muy bien, y era verdad, yo me sentía muy bien.
El 19 de setiembre me operaron,y, contra todos los pronósticos, no hubo necesidad de llevarme a cuidados intensivos, me levanté en el mismo día, caminando, perfecta.
Nunca más sentí molestias de ningún tipo, jamás, eso sí, internamente había cambiado, y mucho. Yo salí de ese momento tan crítico de mi vida, fortalecida espiritualmente. Salí pensando cosas sobre las cuales jamás se me hubiera ocurrido pensar, creyendo en otras en las que nunca creí, sabiendo verdades que no sabía de dónde habían venido. Aprendí que no somos este cuerpo, somos esta alma,
que por lo tanto somos eternos, porque el alma es energía y al morir esa energía se va de nuestro cuerpo, no desaparece con él; que vivimos muchas vidas, tantas como sean necesarias para el aprendizaje de nuestra alma, el camino para llegar a la perfección; que una vez que logramos pasar todas estas etapas (vidas mortales) llegamos a fundirnos en dios, que no es un ser que nos hizo a su imagen y semejanza, sino el conjunto de las almas puras que llegaron a la perfección.Yo no había leído más allá de “El Profeta” de Kahlil Gibran, libros que hablaran sobre estos temas, por lo tanto, jamás pude tomar enseñanzas de nadie, fue algo que me llegó y no sé de dónde, pero un día espero poder hacer una terapia de regresión para saberlo. Estoy segura que en medio de ese sueño yo recibí instrucciones para mi vida.
Pero yo siento, hoy, que debería haber muerto en ese momento, y que lo que estoy viviendo es una nueva oportunidad que me dio dios, el universo, o la vida, y que si yo hubiera sabido que iba a ser tan dura, la hubiera rechazado. Los tres años siguientes perdí tres seres queridos, primero mi padre, luego mi madre enfermó de dolor y le despertó un cáncer de páncreas que la llevó en dos meses, y luego mi hija se embarazó y tres semanas antes de nacer su niña se le murió en la panza.
Y yo estuve siempre ahí, porque mi padre murió en los brazos de mi madre y a mi lado; cuando él se fue, tuve que renunciar a mi trabajo para acompañarla a ella que quedó muy mal, y luego cuando enfermó, estuve día y noche junto a ella hasta el último segundo. Tuve que aprender a sonreír cuando por dentro estaba destrozada, para convencerla de que lo de ella no era nada, para mantener su ánimo alto. Y luego cuando mi hija perdió a su Sofía, yo vivía en su casa, y obviamente, ahí también estuve.
Cuando mi madre se fue, me quedé en la mas espantosa de las soledades. Es así que recibí un mensaje de ella donde me decía que no me dejara caer, que siguiera mi vida con alegría y en su nombre, y que nunca tuviera miedo de morir que ella estaría esperándome en el cielo. Por eso, y a pesar de mi dolor, cuando mi primo me sugirió que me viniera a vivir a Chuy, donde estaba la mayor parte de la familia, acepté. Y si los primeros tres años fueron duros, estos últimos dos han sido espantosos.
No he logrado estabilizarme económicamente, no he encontrado un trabajo que me de para vivir, y como si ésto fuera poco, estoy tan pero tan sola, que llego a llorar añorando los abrazos y los besos de mi familia. Tampoco tengo amor, pero eso no me extraña, pues ya es una carencia acostumbrada en mi vida.
Y vuelvo a la pregunta del principio: Por qué? Por qué no me fui esa madrugada de setiembre del 2007? Por qué hacerme pasar estos cinco años de tortura, que ni sé cómo he podido resistir, y en los que he recibido más humillaciones y desilusión que en diez vidas? Por qué tengo que ver cómo las personas que llevan mi sangre, que son mi familia, van uno a uno dándome la espalda? Por qué se empeñan en verme humillada comiendo con indigentes en un comedor público? No se dan cuenta que después de todo lo que he pasado, tengo que hacer un esfuerzo enorme para mantenerme erguida, para conservar mi autoestima?
Yo siempre hice maravillas para sacar de mi menguado sueldo una partecita para caridad, para ayudar a los demás, no lo hice esperando recompensa, jamás, lo hice de corazón, porque me nace el dar, es una necesidad de mi alma. Pero aunque nunca esperé recompensas ni salvación para mi alma, me pregunto, por haber sido buena de corazón, no me podrán hacer un descuentito en la pena? Porque ya no puedo más, y la verdad, he empezado a ver buitres (y no precisamente mi banda de rock preferida) rondando sobre mi cabeza, y una señora huesuda con una guadaña en su mano me hace guiños y me tienta a seguirla, Soy muy cobarde para seguir su camino, pero estoy tan cansada y tan sola, que no se si no me dejaré tentar y me iré a festejar mi cumpleaños número cincuenta y nueve con ella y los buitres, por lo menos no lo pasaré sola como seguramente estaré.

jueves, 8 de noviembre de 2012

YO NO PUEDO OBLIGARTE





Yo no puedo obligarte a sentir si no quieres
este amor tan hermoso que me nació en el alma
en el mismo momento en que vine a la vida
un día de noviembre.

Y es que yo nací amándote aun sin conocerte
no me preguntes cómo lo se, cosas de bruja
o de un alma que lleva muchas vidas vividas
sólo para quererte
.
Pero te amaré siempre pues ese es mi destino
una vida tras otra y hasta el fin del camino
cuando al fin nos juntemos.

Yo no puedo obligarte a sentir si no quieres
pero seguiré viva solo para quererte.








miércoles, 7 de noviembre de 2012

EL AMOR

NADIE ESCOGE SU AMOR 
Nadie escoge su amor,
 nadie el momento,
 ni el sitio, ni la edad,ni la persona:
 goce divino que dará en tormento...
 PEDRO PRADO (Chile 1886-1952)


 Es cierto lo que dice el poeta, nadie escoge a su amor, por lo que no siempre seremos correspondidos, y para eso, hay que estar preparados para no morir de tristeza. Porque el amor, el verdadero amor, es un sentimiento generoso, si no lo es, no es verdadero. El amor tiene muchas formas, hay muchas clases de amor.
 Está el amor que surge por miedo a la soledad, el amor compañía, que se vuelve hábito, y sin el cual no se puede vivir. El amor amigo, en el cual se comparten gustos, a veces trabajo, diversión, y buen sexo, pero al cual uno se ata porque con el otro la pasa bien y se divierte mucho, y se acostumbra a eso y deja de buscar el verdadero, quizá por comodidad. El amor pasión, ese amor febril, que nos lleva al éxtasis en los momentos de intimidad, pero que una vez que éstos pasan, no deja nada. Todo se vuelve rutina, pesada rutina, o a veces, se matiza con celos y cierta violencia, porque son personas que aman las emociones fuertes. Y habrán muchas más, mi experiencia en estas lides es muy limitada, y como decimos por acá “toco de oído” ya que sinceramente, tengo cincuenta y pico largos ya, y estoy enamorada por primera vez en esta vida. 
El amor que he esperado siempre, sin buscarlo, puesto que he tenido una vida demasiado tranquila a pesar de la época que me tocó vivir, acaba de llegarme en forma de imposible. Y este amor, no es de ninguno de los tres tipos que nombré, porque es EL AMOR, ése que nos fue destinado, y que nos acompaña a lo largo de la eternidad, siendo a veces presencia y otras ausencia. 
 Siempre supe que había nacido en esta vida muy lejos de mí, por eso lo busqué en mis poesías, que es mi forma natural de expresión, y no en la realidad, porque, como ya dije, mi vida ha transcurrido siempre en una calma chicha, y como si esto no bastara, lo sentía lejano. Pero apareció, por una jugarreta de mi destino, que últimamente se ha ensañado exigiéndome pruebas cada vez más duras; muy lejos, tras el océano, vestido con un cuerpo hermoso, una sonrisa tierna, una bondad a prueba de todo, inteligente, culto, amable, tierno, comprensivo, sensible, soñador y poeta, pero como nada podía ser perfecto, enamorado de otra mujer. 
Y qué puedo hacer yo, pobre mortal sin experiencia, que viajo a los tropezones por esta vida, aprendiendo a los golpes, cayendo y levantándome porque hay que seguir, siempre seguir, porque la vida es aprendizaje y para eso estamos acá? Tratar de atraerlo, de que me ame? Con qué armas? Con qué métodos? Si una adolescente de esta época sabe mas que yo del amor y de los hombres. Si voy caminando mi vida sin equipajes, porque tampoco me importan los bienes materiales, si soy una hippie fuera de época, que viste jeans y chancletas, que toma mate, que escucha rock, murga, y el tipo de música que seguramente a él le parecerán ruidos inconexos, porque es un amante de los clásicos, y como ésas, tantas otras cosas que nos separarán y que en este momento ni se me ocurren. 
No solamente la distancia lo hace imposible, son caminos paralelos, que solamente podrán correr cercanos en cuanto a la amistad, porque creo que ese sentimiento sí nos involucra a los dos. Pero volviendo al principio, el amor, el verdadero amor, es generoso, y este amor, el mío, lo es. Estoy muy consciente de que es imposible, a pesar de que mis amigos, que me quieren y obviamente me ven con los ojos del cariño y me idealizan un poco, creen que soy merecedora de ser correspondida. Pero yo estoy acostumbrada a la renuncia, porque en mi vida he debido renunciar a muchas cosas, entonces, no me parece raro tener que renunciar a vivir mi amor. A pesar de eso, yo amo y por lo tanto me interesa la felicidad del ser que amo, y si su felicidad consiste en estar con otra persona, yo renuncio mil veces a tenerlo por ver la felicidad en su carita de hombre bueno y dulce. A pesar de que mi alma muera un poquito cada día porque sabe que no tiene más esperanza de tener a su amor. Yo sé que esta vida no es la única que hemos vivido, ni será la última que viviremos, hay que tener paciencia y esperar, quién sabe en la próxima haya más suerte


.

sábado, 3 de noviembre de 2012

CARTA AL AMOR




Me apareces ahora, cuando ya estoy por irme
cuando el tiempo vivido ha marcado mi cuerpo
dejando en él las huellas de su paso inflexible.

Me apareces ahora, cuando ya estoy por irme
cuando ya a la esperanza no le quedan mas fuerzas
para luchar por sueños y el alma no resiste..

Me apareces ahora, cuando ya estoy por irme
cuando ya no pensaba ni esperaba el encuentro
y todavía te burlas apareciendo lejos y siendo un imposible.

Me apareces ahora, cuando ya estoy por irme?
pues ahora te marchas, no te quiero en mi vida
y prefiero quedarme esperando la muerte,
que esa sí que es posible. 





(No es cierto, si me basta un saludo formal para que me lata a mil el corazón y se me llene 
la panza de mariposas. Para qué engañarme? Sí, lo amo, y aunque no me recuerde en esta vida, 
lo amaré siempre, como en mis vidas anteriores, y como será en las futuras, porque estamos unidos
 por toda la eternidad. Si se decidió que no estuviera a mi lado, no tengo más que aceptarlo, porque
será voluntad de Dios, vaya a saber qué culpa debo o debemos pagar.)